– Es un buen maestro – le dije mientras le observábamos dar indicaciones.
– Sí, es verdad, se le nota que sabe mucho – contestó.
– Sí, sabe mucho. Pero no es por eso que es un buen maestro. – repliqué.
– Entonces, ¿por qué? – preguntó.
Pues es una buena pregunta.
Y, entre tú y yo, la respuesta navegaría entre los principios del coaching empresarial (John Whitmore) y un nivel de conciencia elevada (Tony Robbins).
Pero en ese momento le contesté de manera precisa y fue algo así:
– Es un buen maestro porque (1) es capaz de ver el potencial de la persona que tiene delante, (2) conoce todos los estadios de evolución y (3) le exige a la persona solo el siguiente estadio, no la totalidad.
Puesto en números.
– El maestro era capaz de ver que su alumno tenía un potencial de llegar a 10, a pesar de estar actuando en el nivel 2. Pero, en vez de exigirle 10, adecuaba su discurso y exigencias para que el alumno suba del nivel 2 hacia el 3. Cuando el alumno llegue al 10 (que lo hará) será en base a una progresión orgánica, natural y saludable.
Y es que buen maestro tiene casuística, y es capaz de ver la big picture (perspectiva) y, a su vez, exigir el next step (ejecución).
Tú ya sabrás que esta lógica aplica a todos los ámbitos de la educación.
Pero, además, aplicada al ámbito empresarial define un estilo de gestión:
– El estilo que es capaz de ver el potencial del negocio y, a su vez, definir para la compañía y el equipo el siguiente paso dentro del proceso de evolución. Sin perder de vista el objetivo final (big picture) es capaz de trazar un recorrido orgánico y saludable (step by step).
En Pitaya Business consideramos este estilo de gestión sostenible y efectivo. De hecho, nosotros, enfocamos así nuestras soluciones de consultoría de negocio.
Y tú, ¿cómo lo ves?
Gracias por estar aquí,
Siempre cerca,
– Verónica Ferrer, Consultora en Pitaya Business.