Haz la prueba: dile a un niño/a de 8 años que ya es hora de ir a la cama.
¿Qué suele hacer? Pues protestar 🙂
Claro, ¡está tan feliz con la vida! ¿Por qué irse a dormir tan temprano?
Levantarse todos los días a primerísima hora,
acostarse tarde por falta de tiempo (que no de sueño),
o forzar los ojos para ser el/la último/a en irse a dormir.
¿Hay alguien a quien le guste eso?
A los niños y las niñas: porque no quieren perderse nada.
Igual pasa los fines de semana. ¿Quién se levantaría de manera voluntaria a las 6 de la mañana un domingo? ¡Los niños/as! E irán corriendo a despertar a sus padres y madres, nada más sentir las primeras luces del día. ¡Arriba! Si hay todo por hacer y descubrir – piensan. Y no se equivocan.
Y ahora, haz otra prueba:
Dile a un adulto que es hora de ir a dormir.
¿El 98% de las veces sabes qué te dirá? – Gracias, ¡por fin!
Cuando llega el final del día, hay ganas de desconectar y de sentir ya «mañana más».
¿Te resulta familiar?
El día que escuchamos esta reflexión (modo gag), no pudimos evitar reír. Pero también preguntamos: ¿qué hacemos como individuos para pasar: de no querer ir a dormir (cuando somos pequeños/as); a desear desconectar hasta mañana (cuando somos adultos/as)?
Para este 2023, deseamos que duermas tanto como necesites, pero también que, como figura directiva high performer tengas siempre viva la llama de la ilusión, la alegría y la emoción por el que vendrá. Pasión por la compañía y la actividad, y por los retos y éxitos que esperan en 2023.
Te deseamos cada día esa pasión que te haga pensar: ¡Arriba! Si hay todo por hacer y descubrir. No quiero perderme nada.
Feliz Navidad y feliz año 2023.
Seguimos cerca, seguimos en movimiento.
– Verónica Ferrer Moregó, CEO en Pitaya.