Lunes. 7 de la mañana. Salíamos el team pitaya de un partido (partidazo) de pádel que nos había invitado uno de nuestros clientes (los que nos conocéis ya sabéis que hay afición en la casa).
La sorpresa llegó cuando entramos al vestuario (ahora hablamos en nombre de las mujeres del team) y nos encontramos con los típicos secadores de manos de aire (los de toda la vida, esos que aprietas un botón y a través de un conducto sale aire a toda velocidad). ¿Y cuál fue nuestra sorpresa? Pues que debajo de todos y cada uno de los secadores, había taburetes colocados estratégicamente para que cumplieran la función de secador de pelo. Dirás – es que no había secadores de pelo-, pues sí si los había, y de hecho una chica adolescente nos corroboró la teoría y se secaba el pelo a doble ritmo (debajo el secamanos y el secador simultáneamente).
Nos miramos y, claramente, nos entendimos por qué nuestras mentes, después de pasar tantas cosas juntas, hacen click. Esto es muy Journal, dijimos sonriendo. Y es que, como diríamos en pitaya, “poco se habla” de los taburetes debajo de los seca manos.
¿Por qué nos llamó tanto la atención? Porque lo conectamos con negocio. Un pain común de las compañías que producen bienes y los comercializan mediante intermediarios es: ¿cómo están utilizando en realidad los consumidores ese producto?, ¿qué relación tienen con él? Por qué utilizar el secamanos de «emergencia», como para secar una camiseta después de lavar una mancha o el pelo después de un chaparrón inesperado, puede ser que pase, pero ¿institucionalizarlo hasta poner un taburete debajo? Es brutal desde un punto de vista de Customer Experience.
Y más preguntas, ¿sabrá el CEO de la empresa y su equipo de innovación y marketing de la empresa el uso (0 multiusos) que se les da a secamanos gracias a su potencia? Si lo supieran realmente, ¿no plantearían sacar una línea de secadores (estilo secamanos) con su branding y concepto para venderlo a todos los clubs deportivos a nivel nacional? ¿Sabes la línea de facturación alternativa que podría suponerles? Y sin cambiar de proveedores ni de equipo comercial.
Ay, si siempre tuviéramos los datos que hay que tener. Data is Everywhere y, claramente, Data is Everything. Y lo bueno, es que los datos están allí y es factible utilizarlos para explotar todo su potencial y las ideas que surgen, se pueden prototipar y testear.
Por cierto, ya hemos escrito al CEO de la marca de los seca manos para asesorarle en un proyecto de customer insights, si lo cerramos, prometemos compartir aquí el caso de éxito ;).
En fin. Lo que da de sí el pádel ,¿eh? Cuando queráis organizamos un partido.
Y solo era lunes a las 7 de la mañana.
– Verónica Ferrer, partner y directora de estrategia de pitaya/pitayanext