Pensados contra impensados.
Hace algún tiempo, llegó a mis manos un ensayo sobre la historia intelectual del islamismo «De la Sharia a la Yihad», de la investigadora Luz Gómez. Entre su análisis y datos históricos, hubo una apreciación que me llamó especialmente la atención.
Decía algo así:
El Islam da respuesta a los pensados: Dios, hombre, trabajo (que son conceptos que existían hace 2.000 años) pero, en cambio, no tiene respuestas a los impensados: como el empoderamiento femenino o la tecnología (que son conceptos que no existían hace 2.000 años).
Ensayo aparte, nos parece interesante el concepto de pensados e impensados aplicado al negocio.
Va más allá. Los impensados no son imprevistos o sucesos específicos del futuro: sino construcciones mentales, innovaciones e ideas disruptivas que amplían la conciencia y la complejidad de un mismo escenario global.
¿Podemos liderar las compañías previendo los futuros impensados?
Pues seguramente no. Es una paradoja: si son impensados no los conocemos (por ahora). No obstante, hay algo que las figuras directivas sí puede hacer: generar compañías abiertas, frescas e innovadoras capaces de absorber los impensados que potencialmente puedan aparecer.
¿Con qué impensados (pasados) estás lidiando actualmente como figura directiva?
– Verónica Ferrer Moregó, CEO en Pitaya
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