Para muchos, en Sillicon Valley el nombre DeepSeek no significaba nada, hasta ahora. ¿Otra StartUp de IA?, ¿otro intento de subirse a la ola de inteligencia artificial generativa? Nada nuevo por aquí.
Hasta que aparecieron los resultados. Ya lo dicen, que sin datos no eres más que una persona con una opinión.
Sin anuncios millonarios ni alianzas con gigantes tecnológicos, este modelo de IA de código abierto comenzó a destacar en pruebas de razonamiento, matemáticas y programación. DeepSeek no solo competía con los mejores, sino que lo hacía con una estrategia completamente distinta: apertura y colaboración en un mercado dominado por la protección y el secretismo.
Y aquí es donde la historia se vuelve interesante.
En el mundo de los negocios, solemos asumir que el liderazgo pertenece a quienes tienen más recursos. Pero la realidad nos recuerda constantemente que las limitaciones inspiran creatividad, y que la agilidad puede vencer a la fuerza bruta. DeepSeek es la prueba de que no todo está escrito, que siempre hay maneras más eficientes de hacer las cosas y que quien lidera el mercado es, en realidad, quien lidera el storytelling.
Trump lo entendió bien: no se trata solo de lo que haces, sino de cómo controlas la narrativa. A través de un flujo constante de noticias y declaraciones diarias, logró que su discurso dominara la conversación pública, marcando la agenda en lugar de reaccionar a ella.
DeepSeek hizo algo similar en su industria: en un mercado donde la IA estaba dominada por grandes corporaciones con modelos cerrados y exclusivos, irrumpió con un enfoque completamente distinto—código abierto y accesible para todos—cambiando así la conversación sobre cómo debe desarrollarse y compartirse la inteligencia artificial.
Y ahora la pregunta clave: ¿Quién está liderando el storytelling en vuestro sector?
Deberíais ser vosotros. O al menos, así lo vemos en pitaya.
– Verónica Ferrer, partner y directora de estrategia de pitaya/pitayanext