Si las cosas no van bien aplícate al 100%. Si las cosas van bien, aplícate al 200%.
No pude evitar sonreír cuando lo dijo Raimón Samsó (escritor y conferenciante).
Materializaba una de las que considero las llaves del éxito:
El poder de la disciplina.
Para hablar en los mismos términos. Disciplina:
(1) No como una imposición externa, sino de autodisciplina (uno mismo).
(2) Orientada a conseguir un objetivo mayor.
(2) Descrita como la capacidad de implementar y mantener hábitos que te acercarán a ese objetivo.
De hecho, Samsó apuntaba también que la falta de autodisciplina denota falta de autoestima (¿cómo? – me pregunté). Pues sí. Dice que si no eres capaz de mantenerte constante en los hábitos que eliges significa que no te sientes merecedor de conseguir los objetivos que persigues porque sabes (a ciencia cierta) que es la autodisciplina la que te llevará a conseguirlos. Te llevará a conseguirlos tarde o temprano o, cósmicamente hablando: «ni antes, ni después, cuando sea el momento».
Como sea. Añadiría un matiz:
(1) Tan importante es mantener la autodisciplina en los hábitos que decides implementar para conseguir un objetivo final.
(2) Como elegir un objetivo final que realmente responda a tus ambiciones, necesidades u objetivos vitales.
Mucha autodisciplina en la dirección errónea, no lleva tampoco a ningún lugar beneficioso, ¿verdad?
Y, ¿por qué te cuento esto?
Porque aplica bien a la evaluación en la implementación de cambios empresariales. Desde un nuevo software, hasta la modificación del modelo de negocio, del estilo de dirección o de dinámicas de organización interna.
¿Recuerdas algún cambio así que no «haya cuajado» en vuestra historia empresarial?
[Y le robo la expresión de cuajar al CEO de un importante grupo hotelero que nos explicaba que «pasa como la nieve en los pueblos de la costa (donde él había nacido): cae pero no cuaja»].
Pues eso: ¿recuerdas alguno que no haya cuajado? Y, de ser así:
– ¿No cuajó por falta de autodisciplina empresarial?
– O ¿no cuajó por que se enfocaba a un objetivo erróneo?
– ¿O por ambas?
Tú sabes perfectamente, que las medidas a tomar en cada situación serán muy distintas.
Por eso consideramos útil el poder de la disciplina aplicada a los cambios empresariales:
Porque en la implementación da foco, y, en la evaluación, da luz.
¿Cómo lo ves?
Gracias por estar aquí.
Seguimos cerca,
– Verónica Ferrer Moregó, Consultora en Pitaya Business.