LinkedIn pudo ser Tinder.
Recientemente, la red social que reúne a más de 930 millones de profesionales (y con presencia en más de 200 países en el mundo), cumplía 20 años. ¿Conoces sus inicios?
Se llamaba SocialNet y se centraba en «las citas por Internet y en poner en contacto a personas con intereses similares, como golfistas que buscan pareja en su barrio».
La idea, en aquel momento, era rompedora (sitúate por un momento en el 1997). De hecho, hoy se entiende como uno de los primeros intentos de web de citas. Sin embargo, fue un fracaso absoluto: en su primer mes de vida, solo consiguió dos clientes.
Fue entonces cuando Reid Hoffman, su fundador, abandonó SocialNet para entrar de vicepresidente ejecutivo en PayPal, una startup fundada por su viejo amigo Peter Thiel, que se convertiría en una de las empresas más influyentes del sector financiero.
Hoffman, no desistió y, en diciembre de 2002, junto a dos excompañeros de SocialNet y la fortuna ganada en PayPal, decidió volver a invertir en su siguiente empresa, LinkedIn.
Aunque no lo tuvo nada fácil (parecía que la carrera la acabaría ganando Friendster, una startup ahora desaparecida), LinkedIn perseveró y, en 2016, acabó siendo comprada por Microsoft por 26.200 millones de dólares (recordada como una de las grandes operaciones de la historia del sector tecnológico).
«Una de las cosas en las que pensaba cada semana era: ¿Qué pasa si no lo conseguimos? ¿Cómo podemos morir con dignidad?”, confesaba hace años Hoffman. Y es que LinkedIn tardó 5 años en conseguir sus primeros beneficios (la explosión de usuarios llegó gracias a la Gran Recesión en EEUU, con millones de personas buscando empleo por internet).
Y a día de hoy, ¿quién no tiene Linkedin?
A medida que el sector en las redes sociales cambió, LinkedIn supo ofrecer un valor único a los usuarios. Se centró en el ámbito profesional y se convirtió en una herramienta indispensable para establecer conexiones laborales, buscar empleo y promover el crecimiento profesional.
Tener una visión estratégica clara, enfrentarse a una feroz competencia, buscar la oportunidad única en el mercado y direccionar los esfuerzos de la compañía pueden transformar un fracaso inicial en un éxito rotundo.
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– Verónica Ferrer Moregó, Partner & Directora de Estrategia en Pitaya.