Si es así, sabrás que es prácticamente imposible mantener el equilibrio cuando se está parado.
En efecto: es necesario, como mínimo, un primer impulso para ponerse en movimiento. Solo así es posible mantener el balance.
Lo expone Tanya Dalton en su libro The Joy of Missing out. De hecho dice si nuestras vidas estuvieran perfectamente equilibradas (balanced) nunca avanzaríamos. Estaríamos dando vueltas en círculos de manera frenética.
Porque no es cuestión de dar el mismo peso a todas las áreas: sino de conocer cuáles son las prioridades, ponerse en movimiento y actuar en consecuencia. El balance, en este caso, se va encontrando en cada situación, como un trabajo constante.
Sabemos que nada de esto es nuevo para ti. Y, entonces, ¿por qué lo compartimos?
Porque un estudio reciente de Microsoft ha revelado que este último año de trabajo desde casa (WFH) ha puesto en peligro el principal proveedor de social capital de las empresas: la conexión entre miembros. Esas relaciones informales entre personas y equipos y que integran apoyo mutuo ya sea con conocimiento, mentoría o, sencillamente, amabilidad.
El social capital es uno de los responsables de que la comunicación y el conocimiento, fluyan en la organización.
¿Cómo recuperarlo? ¿Cuál es ahora el balance? ¿Cómo seguir construyendo una compañía sólida y cohesionada?
Son tiempos apasionantes para los amantes de los retos en la gestión empresarial.
Dicen que el equilibrio solo se encuentra si se está en movimiento. Y nosotros añadimos sí, en movimiento, pero a su vez, en camino hacia una prioridad.
– Verónica Ferrer Moregó, CEO en Pitaya Business